Orson, mago de primera.

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domingo, 6 de mayo de 2012

FINALES DE CINE-I: "The Eddy Duchin Story" (1956).


De cuantas biopics dedicadas por Hollywood a compositores esta y Música y lágrimas (‘The Glenn Miller Story’, Anthony Mann, 1954) son las mejores. Las más intensas en su romanticismo, la de más completa y bonita banda sonora, las más glamourosas.

Aunque Morris Stoloff ya se había ocupado de musicar la vida de Frederic Chopin en Canción inolvidable (1945), también para Columbia, no hay película en que su célebre Nocturno (Mi Bemol Mayor, op. 9/2) haya alcanzado cotas más altas de emotividad que en Eddy Duchin. To Love Again, en efecto, es evocado eternamente por Carmen Cavallaro, que es quien dobla a Tyrone Power en el filme de George Sidney. Cavallaro (1913-1989) era un pianista neoyorquino de música ligera, contemporáneo del homenajeado Duchin (1909?-1951), conocido por sus arpegios, que casi emulaba en el piano la sinfonía de los dioses. En cierto modo, se asemejaba al estilo de Eddy, pero exagerando la sublimación del lirismo. Sin embargo, sus versiones no cansan, son un gozo para el alma, y se pueden escuchar apaciblemente durante horas. Fue un niño prodigio, que tocaba canciones en un piano de juguete con tres años. Carmen era conocido como el poeta del piano, porque sus arreglos acrecientan el tono envolvente de melodías de siempre, como Fascinación, Bailando en la oscuridad, El humo ciega tus ojos, Cocktail para dos, Siempre en mi corazón, La vida color de rosa, Eres mía, Si yo te tuviera, y otras más.

Eddy Duchin era un farmacéutico que abandonó con acierto la botica por las orquestas de música ligera de 1930-40. Colmado de sueños, se fue de Cambridge (Massachussetts) al Casino de Central Park, donde debutó en la formación de Leo Reisman. Pronto se hizo cartel, por su habilidad de cruzar las manos sobre el teclado, y usar solo un dedo con la solapada. Seguía el swing más que el jazz. Conoció a Marjorie Oelrichs, una joven de la alta sociedad, que será su esposa. Marjorie (Kim Novak) –temerosa del viento que trae frío y desgracias-- muere al dar a luz a su hijo Peter (1937). Ese terrible hecho, distancia a Eddy de su hijo, y Peter queda al cuidado de sus abuelos maternos. Estalla la Segunda Guerra Mundial, y Duchin sirve en un destructor, en el Pacífico. A la vuelta, decide reconciliarse con el pasado y recupera la relación con el niño. Conoce a su tutora, Chiquita, de la que se enamora y con la que forma pareja. Pero pronto el infortunio vuelve a golpear a los Duchin: Eddy enferma de una forma de leucemia, y sus manos se debilitan.

Y es aquí donde llega la escena que nos interesa, y que cierra la película. Eddy se lleva a Peter (Rex Thompson) a dar un paseo por Central Park, al lugar donde se alzaba en otro tiempo el Casino de sus éxitos. Necesita decirle lo inevitable: que se va a tener que ir una vez más, pero no a una nueva gira, sino en contra de su voluntad, y para siempre. Que va a morir pronto. El niño termina aceptando este don amargo de la vida, y ambos regresan al hogar, donde los recibe Chiquita. Eddy le hace un gesto, para indicarle que Peter ya lo sabe. Ambos, padre e hijo, se quedan un momento solos.
--Yo cuidaré de ella, papá –dice Peter.
--Vamos a tocar con los dos pianos, ¿eh? –responde Eddy—Los Duchin al piano
Entonces se sientan, frente a frente, cada uno a su piano de cola, y Eddy inicia el tema principal del filme, To Love Again. El niño le sigue. Viene Chiquita. Eddy se levanta, va hacia ella, y le da un beso, mientras su mejilla roza la suya y su rostro se torna grave en un gesto de despedida. Luego se acerca a Peter y le dice: --Eres un gran pianista, hijo. Es difícil saber dónde termino yo y dónde empiezas tú.
Eddy vuelve a su piano, y siguen tocando, hasta que su mano se contrae, paralizada, y sale fuera de plano. La cámara se alza y muestra a Peter tocando solo, y a Chiquita detrás. Eddy ya no está con ellos. Pero vive en el talento de su hijo.
Es un final con una elipsis preciosa. Creo que no he saboreado un final más emotivo que este (solo el de Música y lágrimas se le parece).
Aquí lo tenéis:

Aunque se ha tildado la película de excesivamente sentimental y lacrimógena, el público reconoció sus méritos haciéndola una de las más rentables de 1956, junto con los musicales Ellos y ellas, El rey y yo, y Alta sociedad. El guion de Samuel Taylor, que adaptaba un relato de Leo Katcher, estuvo nominado al Oscar. La historia de Eddy Duchin recibió otras nominaciones: fotografía en color, sonido (lo ganó El rey y yo) y banda sonora (de nuevo El rey y yo). Para el Oscar a la mejor canción no estaba nominada --como es natural-- la pieza de Chopin, sino True Love (de Alta sociedad), compuesta por Cole Porter.
Peter Duchin siguió la trayectoria musical de su padre. Fue, también, escritor de novelas de misterio. En 1985, se casó con la actriz y escritora Brooke Hayward, hija de su productor musical y de la intérprete Margaret Sullavan.

2 comentarios:

  1. Excelencia.Eddy duchin mi preferido y Tyrone Power insustituible..Comparable con LO QUE EL VIENTO SE LLEVO""JULIO MOREJON Ayala..

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  2. Una de mis películas favoritas que lamentablemente ya no se hacen ni se han nunca más así. Con una combinación de estrellas de la época dorada de Hollywood, un precioso guión y una música realmente hermosa. Es un clásico en todo el sentido de la palabra y por eso prevalecerá para siempre para quienes apreciamos esta clase de películas

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